Nuevos desafíos en el modelo de
producción circular

En los procesos y ciclos naturales, la palabra residuo no existe. La naturaleza dispone de mecanismos para reutilizar los residuos de la biomasa. Este concepto es lo que se conoce como biodegradación. Los residuos se descomponen en los elementos químicos que los forman gracias a la acción de agentes biológicos como  plantas, hongos y microorganismos para producir energía, aminoácidos, tejidos u otros microorganismos, es decir, se valoriza.  

Si pensamos en términos económicos podríamos hablar de una “natur-economía”, es decir, cómo la naturaleza actúa de manera muy eficaz con los recursos que tiene disponibles. De esta manera no se genera despilfarro ni sobrecostes y no se contribuye a la pérdida de rentabilidad natural.

Si en nuestra organización se reutiliza el agua sobrante de nuestro proceso para otro uso, como por ejemplo el regadío, pero se realiza el tratamiento posterior con energías fósiles, no estamos en el enfoque adecuado. El modelo circular tiene que considerar como objetivo la generación de cero emisiones de gases de efecto invernadero la generación del mínimo impacto en el medio ambiente.

Un modelo de producción circular debería gestionar estos flujos de manera uniforme y bajo una visión de sistema (ecológico, social, físico, económico…), es decir, deben ser analizados en su conjunto y no a través de las partes que lo componen, buscando que los productos, componentes y recursos conserven su utilidad y valor en todo momento. Esa es la clave de su solidez. Ese es el gran reto.

En Euro-Funding acompañamos a nuestros clientes en el proceso de implantación de medidas de eficiencia energética y el desarrollo de actuaciones que reduzcan el impacto ambiental mediante el desarrollo de servicios especializados de consultoría, adaptados a las necesidades y obligaciones legales.