El textil como actor clave en el
programa estratégico sostenible

¿Representa esta una oportunidad para la recuperación del textil español? Si miramos hacia atrás, España fue un país con una industria textil muy importante. Regiones como Cataluña, Castilla-La Mancha o Galicia albergaban grandes concentraciones de empresas, situando a España como uno de los principales productores de moda y calzado a nivel internacional. Sin embargo, a finales de los años 90, muchas empresas se vieron obligadas a cerrar debido a la imposibilidad de competir con los costes de producción de otros países. Esta tendencia continuó durante la primera década de los años 2000.

Sin embargo, el contexto actual ha hecho que muchas empresas quieran traer de vuelta la producción a España. La sostenibilidad y las nuevas regulaciones que rodean a la industria desempeñan un papel fundamental en este sentido. Este objetivo está presente en todos los sectores, pero en el caso del textil, aún más, ya que sigue siendo una de las industrias más contaminantes. Contar con una producción local implica reducir considerablemente la huella de carbono derivada del transporte de mercancías. Además, permite tener un mayor control sobre la gestión de residuos generados en la fabricación de prendas, así como garantizar mejores condiciones laborales para las personas que trabajan en la confección.

En cuanto al consumo de moda, se han producido cambios significativos en comparación con años anteriores. Los consumidores están abandonando gradualmente las producciones masivas y buscan productos más distintivos. Además, la demanda de inmediatez también juega un papel importante. Las marcas ya no pueden arriesgar toda una temporada en una sola colección, por lo que necesitan adaptarse rápidamente. La proximidad de los proveedores facilita estos ajustes. Esta tendencia se ha visto reforzada por la experiencia vivida durante la pandemia, cuando el cierre de fronteras obligó a muchas empresas a buscar nuevos proveedores en un tiempo récord para mantener sus colecciones y adaptarse a las nuevas circunstancias. Además del PERTE de Economía Circular, existen otros tres PERTE que son de gran interés para el sector: energías renovables, descarbonización y digitalización del ciclo del agua.

En resumen, la llegada de la financiación europea puede ser la oportunidad que el sector necesita para recuperar una parte significativa de su tejido empresarial y adaptar los modelos de producción actuales al contexto actual.