¿Cómo afectan las normativas ambientales a las empresas?

Actualmente, cada vez son más las empresas comprometidas con el medio ambiente, que por voluntad propia deciden cumplir con requisitos y estándares medioambientales. No obstante, hay una serie de normativa impuesta por la legislación (local, autonómica, europea o estatal) que las empresas deben cumplir de forma obligatoria.  

Importancia de las normativas ambientales

El papel de la legislación ambiental es fundamental ante la lucha contra el cambio climático, pues permite controlar las emisiones generadas por grandes empresas, vertidos, residuos, etc. De lo contrario, aquellas empresas que no estuvieran comprometidas con el medio ambiente podrían continuar realizando malas prácticas sin control. 

A menudo, y como sucede con el resto de las normativas, cumplir la legislación ambiental conlleva un aumento en la involucración por parte de la empresa y de los responsables. En ocasiones, las empresas crean perfiles de puesto específicos para llevar a cabo los requisitos de normativas o estándares internacionales como las ISOs. 

El cumplimiento con la normativa ambiental correspondiente puede suponer un gasto por parte de la empresa, si se requieren modificaciones en infraestructura o la contratación de nuevo personal. No obstante, como norma general, el cumplimiento de la normativa será beneficioso para la empresa en cuanto a que puede generar una optimización de procesos, la disminución de residuos y su correspondiente gestión o la subsanación de averías no detectadas a tiempo. Además, cumplir con la normativa no obligatoria para todas las empresas del sector, genera una diferenciación con respecto a los competidores directos, si estos no tienen estas acreditaciones. 

Uno de los principales desafíos ante el cumplimiento normativo es la necesidad de estar actualizado en materia de nuevas normativas, para evitar que la empresa, que por sus características esté obligada al cumplimiento de alguna, no esté informada. Para ello, las empresas suelen contratar servicios externos donde profesionales del sector les informan sobre nuevas actualizaciones y si se ven afectadas. 

Como se menciona anteriormente, para que la empresa se pueda adaptar a las nuevas normativas, deben contar con un responsable o servicio de empresa externa que les actualice de manera constante sobre los nuevos estándares. No solo para aquella legislación que les aplica de forma directa, sino para conocer qué están haciendo sus competidores directos. 

La elaboración de políticas y normativa medioambiental es indispensable para la protección del medio ambiente en cuanto a que suponen la limitación de emisiones gaseosas, sólidas o líquidas al exterior. Por ejemplo, pueden regularse las emisiones de gases de efecto invernadero que se liberan a la atmósfera, las aguas residuales vertidas a las aguas continentales, o los residuos generados y no clasificados, que pueden ser peligrosos y afectar gravemente a la flora y fauna local.  

Las siglas RSC hacen referencia a la Responsabilidad Social corporativa de las empresas. A menudo, una buena práctica con respecto al RSC es la formación de un comité de sostenibilidad en las empresas, que lleven a cabo medidas e iniciativas relacionadas con el medio ambiente: por ejemplo, jornadas de concienciación, charlas sobre reciclaje dentro de la empresa, etc. 

El cumplimiento con la normativa no obligatoria es un punto a favor para las empresas comprometidas con el medio ambiente, puesto que, además de diferenciarlas de sus competidores, pueden sumar puntos extra en la solicitud de diversas licitaciones. 

Sanciones por incumplimiento

En cuanto a las sanciones por no cumplir la normativa obligatoria, diferenciamos varios niveles: sanciones leves, sanciones graves, o sanciones muy graves. Aquellas sanciones que no supongan una alta gravedad pueden suponer un coste monetario (cuya cuantía varía según la magnitud). No obstante, aquellas que sean consideradas como muy graves, pueden llegar incluso a suponer la clausura de la empresa. 

Recomendaciones para empresas

Como conclusión, cumplir con la normativa no solo supone sanciones si esta es de obligado cumplimiento, sino que, para aquellos estándares opcionales para las empresas, suponen la diferencia entre las competidoras directas, y el anticipo a una tendencia cada vez más comprometida con el medio ambiente. Para ello, es fundamental mantenerse actualizado en materia de sostenibilidad: conocer las nuevas normativas, estándares internacionales, requisitos para acceder a diversas licitaciones, etc. Tarea de la cual generalmente se encargan empresas especializadas en el sector, como consultoras.  

Perspectivas futuras y tendencias

En los últimos años hemos sido testigos del gran crecimiento de las normativas en cuanto a sostenibilidad. En cuanto a estándares no obligatorios, es común ver cada vez más empresas reportando objetivos SBTi, o CDP, entre otras. Estas acciones marcan la diferencia y hacen que estas se posicionen en un alto escalón para sus clientes, puesto que cada vez más, son requisitos que las empresas marcan en su evaluación de proveedores. No es extraño que cada vez más normativas se estandaricen bajo las normativas europeas, y que algunas acciones que actualmente sean opcionales puedan pasar a ser un requisito indispensable en un futuro. Es por ello que aquellas empresas que ya tengan un largo recorrido en materia de sostenibilidad podrán adaptarse con una mayor agilidad, y optar a buenas oportunidades. 

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