El cumplimiento con la normativa ambiental correspondiente puede suponer un gasto por parte de la empresa, si se requieren modificaciones en infraestructura o la contratación de nuevo personal. No obstante, como norma general, el cumplimiento de la normativa será beneficioso para la empresa en cuanto a que puede generar una optimización de procesos, la disminución de residuos y su correspondiente gestión o la subsanación de averías no detectadas a tiempo. Además, cumplir con la normativa no obligatoria para todas las empresas del sector, genera una diferenciación con respecto a los competidores directos, si estos no tienen estas acreditaciones.